Desde el convencimiento de que la vida es un proceso de cambio continuo, empiezo adentrándome en mis propias experiencias recuperando recuerdos, anhelos, dudas, miedos, sueños … (obras contenidas en el apartado de proceso de invetigación). Recupero la memoria de mis vivencias para reencontrarme con mi esencia.
Trabajo con una de las formas más simples y auténticas que definen nuestra identidad personal, las huellas digitales, que desde el momento de nuestra concepción reflejan nuestra irrepetibilidad e inmutabilidad; pero las muestro cargadas de cualidades inherentes al individuo. Finalmente, me acerco a mi interés por nuestros vestigios como personas, dentro y frente a la colectividad, con elementos tan cercanos y humildes como son los zapatos y los pies; confiriendo a estos últimos la dignidad del caminar y de aguantar el peso de toda una vida, abriendo así una ventana a la singularidad.
Terciopelo, raso, algodón y maderas, entre otros, apoyan a diferentes objetos que pertenecen a la cotidianidad de las personas u objetos fuera de contexto que al encontrarse refuerzan el concepto de esencialidad, de nuestro vestigio, de nuestra identidad y nos llevan a una reflexión profunda sobre lo que se ve en primera instancia y lo que se puede llegar a ver si vamos un poco más allá…
Busco implicar al espectador mostrando mi yo de dentro hacia fuera. Un «OJ» que abre un puente de comunicación con otros «TUS». Identidades personales únicas con historias de vidas particulares, que piensan y se comportan de forma diferente, toman protagonismo e interactúan juntas en un momento concreto, compartiendo, siendo … Planteo la necesidad de mirar el propio mundo desde una perspectiva nueva para tomar conciencia de la huella que queremos dejar a nuestra vida. Cuestionarse el propio pasado, presente y futuro… Todo es posible…